Por la calle Todos Pasan, de Caño de Loro, pasaba de todo, menos la luz. Es el principio del sendero que conecta por tierra con los corregimientos de Punta Arena y Tierra Bomba, pero apenas cae el sol, quienes transitan por ahí tienen que conformarse con la poquita luz que proyectan los focos de las casas cercanas o con la que ellos puedan generar con celulares o linternas.
Todos Pasan es también el camino que lleva al cementerio, ese es el motivo de su nombre, pero no había ni un solo poste de alumbrado público. “Esto en la noche es oscuro, nunca ha habido postes, así que cuando salgo a la tienda lo hago a oscuras, con la luz que dan los focos de los vecinos, uno se termina acostumbrando a la oscuridad”, contó Marta Caraballo, residente del sector.
En Todos Pasan y otros siete sectores de Caño de Loro, este fin de semana llegó la luz, pues voluntarios de la fundación Tierra Grata y miembros del Semillero de Economía Energética FEN de la Universidad Tecnológica de Bolívar, UTB, coordinaron la instalación de ocho postes de alumbrado público con energía solar.
Dos años de trabajo
Tania Jiménez Castilla, directora del programa de Economía de la UTB, aseguró que la instalación de los postes de energía es resultado de dos años de estudio conjunto de las dos organizaciones para conocer los activos ambientales y culturales de la población, pero también sus carencias.
“Trabajamos con niños, profesores, madres comunitarias, pescadores y el Consejo Comunitario de Caño de Loro, quienes, entre otras cosas, nos hablaron del problema de intermitencia energética de la isla y de la falta de alumbrado público, por lo que planteamos el proyecto y la UTB nos aprobó el presupuesto para hacerlo realidad”, explicó Jiménez.
El sábado que hicieron la instalación, 30 voluntarios se trasladaron a la isla desde las 7 de la mañana, para trabajar con los miembros de la comunidad en una jornada de capacitación, poniendo los postes de madera, haciendo el montaje del sistema del poste y enseñando a los loreños su mantenimiento.
Empoderados
En la isla hay varios sectores, como Todos Pasan, donde la energía no está regulada. Muchas personas se conectaron irregularmente a cables instalados por empresas privadas, otros tienen acceso a los postes regulares, pero con tantos cables conectados, la energía no es suficiente.
“Aquí si empieza a llover, se va la luz; si hace mucho sol, se va la luz y no es tanto que se vaya, sino que dura entre dos y tres días para volver”, declaró Calixto Polo Medrano, gestor comunitario y uno de los residentes que hizo parte de la instalación.
Los postes se colocaron en varios barrios de la isla, entre ellos Cristico, Pueblo joven, Finca raíz, Manguita y Alpes de Sinaí, priorizados porque son zonas oscuras o con muy bajo voltaje de energía y donde previamente se sensibilizó a la comunidad, asignando padrinos encargados del cuidado de los postes.
El loreño Wilman Herrera comparó la encendida de las luces, que se dio a las seis de la tarde, con la llegada de la energía eléctrica a la isla. “Esto es una innovación, es ver cómo a través de la luz solar se nos abre la oportunidad de ver algo diferente”.
Herrera Imitola destacó que en la comunidad esperan que no sean solo estos ocho postes, sino que la iniciativa se multiplique en otras zonas del pueblo pues su luz también contribuye a unir a las familias y a ampliar los momentos de esparcimiento y estudio.
“Donde la oscuridad prima, llega el miedo; aunque aquí no sufrimos por la inseguridad, hay animales, hay zonas donde uno necesita luz para caminar y cuando está oscuro, la gente prefiere no hacerlo. Con esto tendremos oportunidad de hacer más cosas”, destacó Calixto Polo.
Los paneles
Javier Campillo, profesor de la UTB, explicó que cada poste consiste en un panel solar que durante el día alimenta la batería y un regulador de carga mantiene el sistema en el estado de carga necesario para que opere durante las doce horas que se necesitan encendidos. “Ante cualquier problema, el regulador desconecta la carga, para proteger el sistema y que siga operando de forma segura”, aclaró Campillo.
El proyecto costó 10 millones de pesos, incluyendo los insumos para los postes, el traslado de los voluntarios a la isla, la capacitación que se le dio a la comunidad, los refrigerios y almuerzos para garantizar la participación y otros gastos adicionales.
Por las tecnologías sociales Con Caño de Loro, son seis las comunidades donde la organización Tierra Grata ha contribuido a la instalación de tecnologías sociales. A la isla fueron 10 voluntarios de la fundación. Alex Durán Macías, cofundador de la Fundación Tierra Grata, contó que la propuesta de los postes no solo evita las peligrosas conexiones ilegales sino que también “es una oportunidad más para evidenciar que las tecnologías sociales pueden satisfacer las necesidades de la población de una manera rápida y mucho más económica”.
Más proyectos
Tania Jiménez explicó a El Universal que los postes hacen parte del proyecto Radiación solar y valorización de residuos para comunidades vulnerables insulares, que incluye una segunda fase de aprovechamiento de residuos como generadores de energía, pero para esto aún no se ha definido fecha de ejecución.
Publicado por Inter Electricas.