Abel Talaigua acostumbraba a salir de su casa con una linterna en las manos, forzaba la vista para detallar sus pisadas y a veces hasta le pedía a un vecino compañía para llegar a la vía.
Esa poca intensidad de luz no era suficiente para distinguir a los animales, las piedras o el barro, o quizás para darse cuenta de que algún delincuente está escondiéndose. La luna era la única aliada, la única que alumbra las calles del cabildo indígena Zenú, en Gambote.
Por 17 años, Abel y más de 100 personas han vivido en abandono del Estado.
Cronología de la felicidad
En marzo, la alegría al cabildo llegó de la mano de jóvenes que llevaron una fundación con una iniciativa particular: postes solares en lugares específicos para iluminar las calles.
Los ojos de Abel, que es el capitán del cabildo, brillaron al enterarse de este proyecto porque luz es sinónimo de confianza para transitar tranquilamente a cualquier hora de la noche.
Aunque la instalación no se hizo desde el primer momento, la esperanza de Abel siguió intacta porque cada tres meses los visitaban para explicarles sobre paneles solares y decirleds que pronto se haría realidad su anhelo.
Y entonces llegó el día, el pasado domingo 22 de octubre.
“¡Por fin se hizo realidad, después de trabajar tantos meses!”, comentó un emocionado Abel.
Con mucha energía
A las 9 de la mañana de ese 22 de octubre, llegaron más de 10 voluntarios desde Cartagena para aportar todos sus esfuerzos en la instalación de estos postes.
Los elementos estaban listos: tornillos, estacas, palas, taladros, madera, paneles, tubos y sobre todo la buena energía.
Una semana antes, estos jóvenes prepararon el circuito que haría funcionar el panel en cada lugar. Solo faltaba ultimar detalles, como cavar el hueco donde iba el poste, atornillar los tubos con la batería y el panel, para finalmente conectar el bombillo a la caja.
Y no lo hicieron solos, esta vez fue especial pues jóvenes y adultos llegaron hasta este sitio, se acomodaron y como una comunidad unida trabajaron para terminarlos.
“¿Cómo funciona?, ¿qué cable va con el bombillo?, ¿cómo es la batería?”, preguntaban los habitantes.
“Desde el inicio nos recibieron muy bien. Se afianzaron mucho con los voluntarios, tanto que no se sentaron a ver sino que aprendieron de la experiencia”, explicó Alex Durán, cofundador de Tierra Grata.
El trabajo fue mancomunado, por lo que en el cabildo ya conocen el funcionamiento de los paneles y en caso de que se averíe alguno, pueden repararlo.
“Nos explicaron cómo funciona, cuál es su duración y cómo repararlos si fallan. Ahora solo nos toca gestionar para que el resto de las calles tengan alumbrado”, dijo Abel, mientras se acomodaba el sombrero.
María José González, una de las voluntarias, trabaja como Ingeniera Ambiental, por lo que tiene conocimientos en paneles solares pero nunca los había puesto en práctica con un proyecto social. No le importó que fuera un domingo para descansar, pues entre sus planes siempre estuvo llegar hasta Gambote para la instalación. “Fue emocionante. Nunca había hecho esto y es muy gratificante. La gente es amable y trabajadora”, destacó la joven mientras veía cómo funcionaba el último poste.
(…)
El sol se fue escondiendo. En el cabildo, nunca habían estado tan ansiosos de que oscureciera.
Cuando terminaron de instalar los cuatro postes, integrantes de las 45 familias de la comunidad buscaron sus sombreros y caminaron emocionados hasta pararse frente al último panel, para ver encender la luz y así tomarse la fotografía del recuerdo.
¿Qué es?
Tierra Grata es una organización social que busca mejorar los servicios básicos de agua, luz y saneamiento en las comunidades rurales del departamento. Hace un año y medio trabajan en San Basilio de Palenque. El domingo pasado fue la primera vez que salieron hacia otra comunidad. “Este proyecto se llevó a cabo gracias a la donación de una fundación de Miami. Nosotros acostumbramos a hacer un mapeo de los corregimientos que presentan necesidades de saneamiento y servicios públicos, así escogemos en cuál trabajar”, puntualizó Alex Durán.
Publicado originalmente por: El Universal.
