Más de 25 jóvenes voluntarios llegaron hasta la comunidad Arhuaca (a cuatro horas a pie del municipio de Palomino), para entregar tecnologías sociales de bajo costo y rápida instalación.
Estas experiencias ratifican a la Universidad del Magdalena como una institución que aporta desde todas sus líneas estratégicas a la construcción de sociedad y al mejoramiento de las regiones.
Más de 60 personas de la comunidad Arhuaca de Seydukwa, que viven en el municipio de Palomino, fueron beneficiadas con tecnologías sociales construidas por la Fundación ‘Tierra Grata’, emprendimiento que fundó desde hace tres años la joven cartagenera Jenifer Colpas Fernández, egresada del Programa de Negocios Internacionales de la Universidad del Magdalena.
Esta vez, y con el apoyo de voluntarios de varias ciudades del país (Bogotá, Cartagena, Barranquilla y Santa Marta) se instalaron dos postes solares, dos sistemas de saneamientos de baños secos, dos sistemas de energía solar y un filtro de agua, en esta comunidad que carece de servicios básicos de agua, energía y saneamiento.
Así, más de 25 jóvenes voluntarios, entre ellos ocho integrantes del Programa de Voluntariado Unimagdalena llegaron hasta este apartado lugar (a cuatro horas a pie del municipio de Palomino), para entregar tecnologías sociales de bajo costo y rápida instalación, y que no solo beneficia a las comunidades indígenas que allí habitan, sino también a entre 10 y 15 visitantes que hacen parte de la red de ecoturismo comunitario que mensualmente llegan hasta allí.
“Tener el apoyo del voluntariado de la Universidad del Magdalena fue muy importante, pues al ser chicos preparados y motivados para ayudar, facilitó mucho la jornada de instalación”, dijo la directora de Tierra Grata, quien prevé más visitas a diferentes comunidades de la región y con el apoyo de la Institución.
Agregó que desde la Academia se puede hacer mucho por las personas necesitadas, aportando en nuevas tecnologías o mejorando las que ya están creadas, “trabajar universidad, sociedad civil y además comunidad beneficiaria es fundamental para que finalmente las soluciones que se están llevando a las comunidades cumplan las expectativas que ellos tienen y estén lo más alineadas a su contexto”, manifestó la egresada de esta Casa de Estudios Superiores.
Por su parte, la estudiante de cuarto semestre del Programa de Biología, Laura Paola Fragozo Velásquez, quien actualmente funge como coordinadora del proyecto +H20 del Voluntariado Unimagdalena, aseguró que esta fue una experiencia inolvidable para los voluntarios de la Universidad.
“Pudimos ver que esas comunidades que no tenían luz ni saneamiento, ahora con lo que les llevamos, podrán trabajar hasta tarde con el trapiche, tejidos y sus actividades diarias”, dijo Laura Fragozo.
Indicó, además, que al principio la comunidad Arhuaca, liderada por el Mamo aceptó la tecnología social solamente en “la casa de visitas”, pero luego de ver los avances con un solo día de trabajo, pidieron los mismos recursos en el pueblo, a cuatro días del lugar donde se hicieron las instalaciones. “Fue gratificante ver como el Mamo estaba feliz, nos agradecía y nos decía que eso lo quería ver en su pueblo”, puntualizó la estudiante.
Estas experiencias ratifican a la Universidad del Magdalena como una institución que aporta desde todas sus líneas estratégicas a la construcción de sociedad y al mejoramiento de las regiones, lo cual se verá reflejado en el proceso de Autoevaluación con Fines de Renovación de la Acreditación Institucional de Alta Calidad por la que atraviesa la Alma Mater.
Publicado originalmente por: Hoy Diario del Magdalena.