Hoy se celebra a escala global el Día Internacional de la Mujer, esta fecha fue declarada por las Naciones Unidas en 1975, pero conmemorada en occidente dos años después de su establecimiento. El 8 de marzo es el resultado de las manifestaciones por la lucha de derechos y los distintos movimientos, sucesos y movilizaciones que dieron lugar a su origen. La efemérides es el recuerdo del episodio más cruel en la lucha por los derechos de la mujer: el 25 de marzo de 1911, cuando se incendió la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York, en la que 123 mujeres (la mayoría jóvenes inmigrantes de entre 14 y 23 años) y 23 hombres murieron. La efemérides es el recuento de la lucha de millones de mujeres que aún hoy continúan marchando porque su voz sea escuchada.
La mujer en varios países del mundo, y en particular en América Latina y Colombia, es la depositaria de buena parte de las tradiciones culturales de las poblaciones indígenas y afrodescendientes, convirtiéndose en pieza fundamental del desarrollo de sus comunidades. Su rol parte de la vinculación espiritual con el medio ambiente: En los pueblos indígenas, por ejemplo, su figura es considerada como el epicentro de las tradiciones ancestrales, mientras que en comunidades afrodescendientes es un sinónimo de autonomía y libertad. Por eso, el desarrollo no se limita exclusivamente al ámbito económico, de ellas también depende el cuidado y la crianza de los niños y niñas, la trasmisión de las tradiciones a las generaciones más jóvenes y la memoria histórica de las comunidades.
En Tierra Grata comprendemos su valor. Por eso queremos destacar y sacar del anonimato los perfiles de mujeres con quienes hemos trabajado y que son madres cabeza de familia, trabajadoras independientes, lideresas en su territorio, modelos a seguir.
Merlys Valdez Pérez – La luminaria de Isla de León
Merlys Valdez dirige la Fundación Las Leonas, que tiene principal incidencia en Isla de León, ubicado en el traspatio del barrio El Pozón, un sector con gran estigma social en Cartagena. Merlys hace un año ha venido promoviendo la apropiación sociopolítica y cultural del territorio en su comunidad.
Ella le ha apostado al reconocimiento de Isla de León como un barrio más de la ciudad. A partir de 2016 ha encabezado al grupo de ciudadanos que le exigen a las instituciones distritales el nombramiento del sector y su inclusión en el mapa local.
Desde 2011 ha participado activamente por llevar proyectos que fomenten el desarrollo del caserío. Gracias a esto, han avanzado en el mejoramiento de los hogares fabricados en tablas, plástico y zinc inicialmente, y construidos sobre un terreno que a inicios del 2000 era un lodazal bordeado por un caño artificial llamado Caño Limón, en cuyas aguas flotaban basuras y objetos sólidos.
Ella nos abrió las puertas para intervenir ante la ineficiencia del alumbrado público que los afectaba; su liderazgo unió a los habitantes en torno a un objetivo: hacer de las calles más seguras por las noches. Hoy, después de 20 años de su fundación, los vecinos de Isla pueden iluminar sus noches gracias a Merlys, Guardiana de la Luz, y nuestro programa Noche Grata. ¡Gracias Merlys!
Diana Goenaga – Un arca en un estanque de tilapias
La piscicultura colombiana dio sus primeros pasos gracias a profesionales en los campos de la veterinaria, biología y ciencia, que vieron un enorme potencial en los cultivos marinos. En los primeros años, las mujeres eran relegadas a un segundo plano, tanto en centros de cultivo como en plantas de proceso. Con los años, perfiles como el de Diana comenzaron a tomar relevancia, ocupando puestos administrativos y perteneciendo a cadenas de producción, logística, planta de proceso y emprendimientos propios.
Para Diana, la piscicultura es una fuente potencial de empleo para muchas mujeres de la región Caribe. Ella optó por dedicarse a este modelo de negocio a raíz del HLB o “dragón amarillo”, la enfermedad que afecta a los cultivos de cítricos, que dejó sin fuente de sustento al sector agrícola de la Zona Bananera, en Magdalena, dedicado a la producción de mandarina y limón. Antes de la piscicultura, las mujeres no eran reconocidas como socias en las organizaciones económicas.
Goenaga es propietaria de media parcela de tierra, distribuida entre un estanque de tilapias rojas y cultivos de hortalizas y árboles frutales. Esta actividad ha destacado su liderazgo al lograr triplicar los ingresos económicos de su familia. Su conexión con el agua resulta en una relación de producción y dependencia; ella es la Guardiana del Agua de su media parcela.
Sirlis Castillo – Un baño seco para inundaciones y sequías
Sirlis Castillo es mujer rural perteneciente al resguardo indígena de Gambote, con cabecera municipal en Arjona, es madre soltera y abuela. Hace dos años fue favorecida por nuestro programa Baño Grato, ante la falta de saneamiento básico en su hogar. Antes de eso, tenía que hacer sus necesidades básicas en el monte o en bacinillas para luego arrojarlas al Canal del Dique.
Ella como cientos de habitantes de Gambote, encontraban en el Dique no solo un vertedero de desperdicios orgánicos, sino también la tradicional zona pesquera que era fuente económica y de subsistencia alimenticia. Anteriormente la abundancia del líquido llegó incluso a afectarlos: en 2010 los 5.000 habitantes del pueblo de pescadores se vieron afectados por las aguas del Canal, en diciembre de ese año las lluvias aumentaron el nivel del río hasta 9,5 metros inundando casas y arrasando con sus pertenencias. Los habitantes tuvieron que resguardarse en cambuches improvisados para salvar sus vidas. Hoy la realidad es otra: En los patios se hallan los esqueletos de las atarrayas, canoas y canaletes que no se pudieron vender y que garantizaban los ingresos de las familias.
Hoy Sirlis comercia en Arjona con jugos, quesos, bocadillos y derivados de la leche. Es una mujer religiosa consciente de que en tiempos de dificultad “Dios pone oportunidades, pero uno tiene que salir a buscarlas”, por eso trabaja diariamente con la convicción de que de ella depende el desarrollo en su hogar. En su patio decidió habilitar un espacio para ubicar su baño, porque es consciente de que este le brinda comodidad y tranquilidad en sus agotadores días. Su baño es un baño seco, por ende no debe trasladarse hasta el Dique en busca de agua, al contrario, puede destinar el líquido a otras actividades de su día a día. Además, cree que de esta manera se podrá reconciliar con el río y quiere convencer a su comunidad de la importancia de reducir una práctica común, pero dañina. “Querer es poder. Eso es lo primero. Cuando uno se lo propone, puede conseguir cambios. Lo otro importante es trabajar siempre en conjunto”, finaliza.